Almas.

Somos el producto de nuestras experiencias pasadas. Estamos hechos de vivencias, de situaciones, de valores, de tradiciones.

Somos una fuente inagotable de recursos. Autosuficientes. Capaces de autoabastecernos, a nivel afectivo, anímico, hasta sexual. Creamos nuestra propia felicidad, somos seres capaces de sentir amor, por uno mismo y por los demás. De nuestros adentros crece todo aquello que buscamos en lo externo, que anhelamos nos brinden sujetos terceros.

Nos cuesta comprender, con nuestro entendimiento humano limitado, que todo eso que exigimos de los demás, se encuentra en el interior. Basta con mirar hacia adentro, realizar introspección para acceder al interior. Quitar las capas superfluas y efímeras para ingresar en lo eterno, lo inmortal, inmaterial, abstracto y trascendente del ser humano: el alma. Parte constituyente e inseparable de cada ser.

Existen diversos tipos de almas. Almas gemelas, afines, kármicas, llamas. Personas que creemos correctas, resultan ser las "indicadas" para proveernos de aprendizajes. Destinadas a aparecer, pero no a permanecer... Con un paso corto, son un pequeño lapsus, un cameo en nuestras vidas. Llegan sólo a enseñarnos, pero no a quedarse para siempre. Fugaces cual estrellas, con brillos singulares, destacada presencia y palabras impactantes: Nos cautivan, nos enseñan y se van...

El ser humano goza de dos características inexistentes para las demás especies: La razón y el autoabastecimiento. Somos la única raza completamente racional, capaces de hacer uso de su totalidad y nuestro discernimiento y, sin embargo, nos empeñamos con todo aquello que nos es negado. Insistimos incansablemente, buscando señales, pidiendo guía.

Si seremos idiotas que vamos detrás de lo que no nos es correspondido. Que volvemos una y otra vez con ese amor, aún sabiendo que nunca será nuestro. Que esperamos una reciprocidad ausente. Que nos refugiamos en el abrazo de quién más nos lastima. Que anhelamos el afecto ajeno, aún conscientes de que el amor proviene pura y exclusivamente de uno mismo.

Somos eso: idiotas. Idiotas per humanos. ¡Aleluya! Somos humanos, gracias a Dios. Errantes. Inexpertos. Aprendices. Seres irrepetibles, capaces de aprender, recordar, revertir y transformar. Bendecidos con el don de perdonar y empatizar. Con el corazón en la mano y la compasión en los ojos.

Por mil razones que me aturdían de tan fuerte que sonaban, dejé de pedir a Dios. Dejé de suplicar por señales, dejé de insistir con un lamento caprichoso, dejé de rogar por el amor de los demás. Y en medio de lo azaroso y contingente, el día que cambié mis oraciones, apareció un alma afín a la mía, un ser brillante llegó a mi vida y enderezó mi corazón, llenó de luz mis rincones y me abrazó tan fuerte que creí en la ilusión, en lo fantástico. Me brindó un amor transparente, sin ningún costo, a cambio de nada. Todo el amor que merecía llegó cuando dejé de pedir por él.

El giro oportuno, el "plot twist" surge cuando hablé con Dios. Pero en lugar de pedir, le agradecí por su obra en mí y le permití hacer su voluntad. Me entregué a sus decisiones, confié en su criterio y dejé que actúe, que obre.

El Universo, Dios, divinidad, deidad, tienen un plan perfecto, con tiempos correctos. Se ponen a prueba nuestra fé, nuestra confianza y paciencia. Cada episodio en este gran libro personal, proporciona crecimiento y nos dirige al despertar. Cada prueba nos deja al desnudo, nos expone y delata qué tanto estamos dispuestos a sacrificar y a renunciar, qué tanto confiamos en que lo que viene será mejor.

Las almas van y vienen. Aparecen y desaparecen. Hacen y deshacen. Algunas destinadas a estar por lo que dure nuestras vidas, cuyo objetivo es el de moldearnos, ayudarnos, amarnos. Otras, cuya visita es pasajera, breve y fugaz, pero rotunda, restauradora y regeneradora. Todas conforman un plan divino, su misión es enseñarnos a amarnos a nosotros mismos, a través del desamor, del dolor, del llanto, de las heridas, de la misma interacción social, del día a día.

No busques afuera, buscá adentro.

Somos seres completos.

Gracias almas pasajeras.

Gracias almas duraderas.

SP.-