top of page
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon
  • Black Pinterest Icon
  • Black Twitter Icon
sal rosa
Pink%20Salt_edited.jpg
sal rosa
Pink%20Salt_edited.jpg
Search

Delusione

  • Writer: Sofi Peralta
    Sofi Peralta
  • Jan 3, 2022
  • 4 min read

Decepción: Que por definición significa “pesar causado por un desengaño”. ¿Y qué significa “desengaño”? “Pérdida de la esperanza o la ilusión, al saber que algo o alguien no es como se creía”. Ambas definiciones tienen en común una cosa: qué hay subjetividad o una percepción personal sobre aquello que nos decepciona. Es decir, es pura y exclusivamente nuestra propia idealización. Al existir un prejuicio, una opinión o una visión acerca de un otro, nos decepcionamos al conocer quién es realmente. Nos duele darnos cuenta que no es lo que pensábamos. Y qué duro ese momento, cuando ese alguien, tan importante y tan presente, nos decepciona. Y el sentimiento es propio, no podemos adjudicárselo al otro, ya que nos duele nuestra propia percepción y la connotación que le dimos.


Hoy estoy atravesando una decepción. Una muy grande. De alguien muy importante para mí, de un hombre que consideraba diferente al resto. El dolor es prácticamente indisoluble, sin embargo, creo que son pequeños capítulos en un libro muy grande que escribo día a día. Parece que, mientras más amo, más duele. Luego reflexiono. ¿Y no es acaso ese el sentido de esta vida? ¿Apostar, jugar, arriesgar y vivir? Me enorgullece. Recibí un golpe, pero me enorgullece. El amor que yo vivo, con el que me identifico, es leal e incondicional, el que lo deja todo y el que exige reciprocidad en todo sentido. La nobleza y el valor con los que vivo mi vida, me hacen sentir extremadamente orgullosa de quién soy, de cada uno de mis actos y del amor que me rige, transparente, absoluto y sincero. Lo dejo todo por quién amo, doy todo lo mejor de mí. Aunque al final sólo haya desencuentro, poca o nula correspondencia, hasta olvido y rechazo. “Yo lo haría, si yo amo a alguien, yo estoy ahí” diría mi Tano querido…


Poco hablaré de él, del hombre que rompió mi corazón, ya que no es más co-protagonista de mi historia. Solo digamos que es dueño de la mayor decepción en mi vida, ya que mi percepción sobre él era totalmente diferente a quién demostró ser al final. No sólo nunca me valoró, sino que sus actos, corrientes y poco originales, me han dejado perpleja. Pero: ¿Qué me enseña esto? Que cada acción habla más fuerte que las palabras. Mi indiscreción, mi soledad, mi respeto y mi distancia con el sexo opuesto, son profundas y claras palabras no emitidas. No me hace falta hablar para darme a entender. Soy una reina, una señora, ¡y hostia que me hace sentir bien! Sanar lleva tiempo. Las personas no somos reemplazables. Los únicos dos amores de mi vida no fueron sustituidos, no busqué llenar un vacío, no intenté olvidarme de ellos, buscando en alguien más. No aceleré el proceso. Pero esa soy yo. Con mis valores y convicciones, con la corona bien puesta sobre mi cabeza. Con la frente en alto y el corazón en la mano.


Mentir sería ridículo: duele. Duele muchísimo. Pero doy gracias a quién nunca me abandona, al único, a mi Dios, que aparta de mi camino a quién no debe estar. ¡Él perfectamente sabe todo lo que merezco y espera por mi! Cuántas cosas verá Dios y que nosotros ignoramos, que aparta a personas de nuestro camino y nos une con aquellos que nos quieren, entienden y valoran. Por eso mi confianza en Él es imperiosa: necesaria y muy urgente. Conoce mis pasos y toda la verdad de mi corazón.


Este episodio me rompió, me desarmó y me dejó varada, deambulando vagamente. Mi mente está en pausa y ausente, porque aún no comprendo, no logré procesar los datos. Vivir en incertidumbre es a veces mejor que vivir en certeza, ya que me hace querer saber qué viene a continuación, me entusiasma saber que no estoy atada a la rutina. Y sin dudas, que Dios me va a sorprender. Debemos abrirnos a recibir y vivir en abundancia, sabiendo que sólo El proveerá. Nunca se llega tarde al amor que está destinado para mi, lo que es mío me encuentra y es mío por derecho. Nunca renunciaré al amor, porque sé que todo lo que doy, es honesto, como yo. Aunque eso implique un par de golpes en el camino. Sé que Dios tiene para mí, una persona dispuesta a amarme, sin excusas ni pretextos, sin sacrificio y sin miedo a mostrarse conmigo.


Estoy todavía juntando los pedazos, armando mi rompecabezas interior. Ni él ni nadie es reemplazable para mi. Solté, pero sanar llevará tiempo. Es el momento perfecto para dedicarle al verdadero amor de mi vida, que soy solo yo. Y cuando sane, arrasaré con la Tierra.

Mientras más lo desenmascaro, más me conozco a mí. Aprendí mucho sobre mí misma con tanto dolor y tanta decepción y por eso agradezco. Pocos tienen el honor de conocerse a sí mismos de la forma en que lo hice yo, en cuestión de tan poco tiempo. Entendí y aprendí que mi valor es incalculable, que mi amor es noble como yo, que mis acciones y palabras son esencialmente respetables y que merezco lo mismo que doy y más también. Gracias a esta temida pero gran compañera que es la decepción, me llené de orgullo y suficiencia, hasta de felicidad y expectativa por todo lo que está por venir hacia mí. Sé que el tiempo me dará la razón y triunfará siempre la justicia, acomodando a cada uno en su lugar. Y yo observaré desde mi torre de marfil, con la misma sonrisa de siempre, pero un poco más merecida esta vez.



SP.-

 
 
 

Recent Posts

See All

Comments


ESTALLANDO DESDE EL AMOR

bottom of page